Bueno bueno… vamos a embarrarnos, nunca mejor dicho. Hoy toca hablar de otra serie que está dando de qué hablar: críticas? ¡De todos los colores! Buenas, malas, regulares. ¿Trending topic? También.
¿Te van este tipo de series carcelarias con protagonismo femenino? Porque ojo, tienen ese poder extraño: o te aburren a la tercera escena… o te atrapan como chicle en el zapato un día de calor.
Y sí, lo digo de una vez para no estirarlo más: donde hay mujeres, hay desnudos. Netflix no falla a su “receta” y ahí están: carne fresca y cámara generosa. Nos guste o no, el negocio sigue siendo negocio. Punto. Seguimos.
¿ Por qué empecé a verla?
La verdad es que me lancé a verla por Carolina Ramírez, la actriz de La Reina del Flow. Había leído sobre ella, entrevistas, comentarios de fans, y todos coincidían en lo mismo: no se parece en nada a la vida que interpretaba en la serie. Es normal que una actriz no comparta los valores de su personaje… pero en este caso, ninguno. Y ese personaje está más lejos de ser ella que de que le toque la lotería o algo así.
En La Reina del Flow, era una mujer fuerte, talentosa, con toda esa aura de protagonista… pero en la vida real, dicen que es mucho más tranquila, sin toda esa parafernalia
Y claro, tenía curiosidad: ¿Qué tan buena actriz es realmente? Quería ver si podía brillar en otro contexto, en otro barro, literalmente. Eso me enganchó a darle play.
Con apenas un capítulo, la trama me olió muchísimo a Vis a Vis, otra serie carcelaria española que, esta sí, devoré entera.
La fórmula es parecida: mujeres supervivientes en un entorno hostil, guardias más corruptos que político en campaña, y un universo donde la ley es lo que menos importa.
Cárceles: ficción vs realidad
Por suerte (o por bendición divina), nunca he pisado una cárcel. Así que mi referencia es lo que muestran en pantalla. Y ahí me entran dudas:
¿De verdad es tan heavy la vida intramuros en Argentina?
Porque en España se dice que estar preso es casi como un Erasmus obligatorio: cama, comida, ocio, estudios y hasta un pequeño sueldo, eso sí, privada de tu libertad.
En cambio, en América Latina nos lo pintan como el infierno: mafias, drogas, prostitución, armas y trapicheos de todos los colores.
Y ojo con el tema del porno carcelario que aparece en En el barro. ¿Realidad o morbo televisivo? Drogas, peleas y contrabando me lo creo… ¿pero grabar porno ahí dentro? Eso ya me parece más discutible. Shhh… pero, poder, todo puede ser.
El creador de la serie, Sebastián Ortega, asegura que se inspiró en testimonios reales de cárceles femeninas. Visitó prisiones, habló con internas y sacó de ahí historias. O sea, no todo es invento, pero claro… entre la verdad y la ficción siempre hay litros de dramatización para enganchar al espectador.
No es spoiler, pero no podemos olvidarnos de María Becerra, que además de aparecer como personaje en la serie, se encargó de la canción oficial de En el barro. En los próximos capítulos tendrás la oportunidad de comprobar sus habilidades como actriz y sorprenderte...o no.
El salseo en redes
Ya sabéis que TikTok es como una olla de puchero: te encuentras de todo flotando… Pues ya he visto TikToks de chicas diciendo:
"No vean esta serie con su novio".
Y claro, con razón: entre barro y barro, un 50% del metraje son cuerpos al desnudo. La trama va, pero los ojos se distraen 😏.
También hay TikToks de broma: tirando un cojín al novio a la cabeza para que deje de mirar, o la chica tapándole los ojos… Son bromas, sí. Punto. Y seguimos.
Como espectadora, puedo decir que es un Vis a Vis versión argentina, con más barro literal. El realismo se siente… y el morbo te sigue como sombra.
Al fin y al cabo, el poder nunca está en manos de todas, sino en quienes deciden las reglas. Y esas reglas abren la puerta a negocios turbios: prostitución, mercado negro de bebés, pornografía… situaciones que muestran cómo la cárcel no es solo un castigo, sino un terreno donde la supervivencia se negocia con lo más vulnerable.
El barro no solo mancha: puede hundirte, empujarte… o unir a quienes menos esperas.
Creo que los tres primeros capítulos pueden parecer interesantes: la tensión, los secretos y los juegos de poder te atrapan. Pero, después, la serie puede tender a repetirse y puede volverse más de lo mismo, lo que hará que a algunos les resulte aburrida, o quizás no sea así, pero tendremos que descubrirlo.
¿Te atreves a meterte en este lodazal de secretos y traiciones… o vas a quedarte fuera del barro?
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